jueves, 8 de julio de 2010

Manchas


Un busto de Saturno se levantaba a la entrada del jardín. Las emisiones que de los agujeros faciales salían eran negras, pero tres sochantres reunidos a su alrededor las pintaban de rojo. A H. esto le pareció muy curioso, y se acercó a ellos para ver cómo lo hacían, para saber por qué lo hacían. En aquel momento oyó que uno de ellos le decía al otro:

—Me has manchado de pintura, te voy a matar. Nadie me descubrirá, pues las manchas de pintura proceden ineluctablemente a la ocultación de la identidad.

Sin título,1979. Antonio de Beneyto.


(Tomado de «Cuidado con la pintura», en Prosa completa,
edición a cargo de Ana Becciú, prólogo de Ana Nuño, Barcelona, Editorial Lumen, 2002, p. 56)

© Instituto Cervantes (España), 2004-2010. Reservados todos los derechos

No hay comentarios:

Publicar un comentario